¿Cómo afectan los dispositivos electrónicos a nuestro cuerpo y mente? -

Las nuevas tecnologías forman parte de nuestra vida de manera prácticamente indispensable. Desde hace años estamos rodeados de dispositivos electrónicos que nos ayudan en nuestro día a día. Sin embargo, ¿sabemos cómo afecta el uso de estos aparatos a la salud de nuestro cuerpo y mente?

El uso abusivo de la tecnología y sus efectos sobre la salud

Muchas personas han nacido en un mundo absolutamente digitalizado. Otros, por el contrario, hemos podido experimentar el nacimiento y la evolución de las nuevas tecnologías en nuestras vidas. Para los primeros el uso de los dispositivos electrónicos es algo natural. Para los segundos ha sido como una especie de invasión a la que nos hemos tenido que acostumbrar.

Sea como fuere, la tecnología ha llegado hasta nosotros para quedarse. Lo importante es aprender a incluirla en nuestras vidas de manera que no se convierta en un acto adictivo. Se ha demostrado que abusar de las nuevas tecnologías repercute directamente sobre nuestra salud física y mental. De hecho, algunos expertos consideran que un uso excesivo de dispositivos electrónicos altera las conexiones cerebrales en los niños dificultando su capacidad de lenguaje y socialización.

Consecuencias negativas del uso de dispositivos electrónicos

Los aparatos electrónicos generan un campo magnético que produce una contaminación peligrosa para el cerebro. De hecho, en 1987 se realizó un experimento con animales de laboratorio en el que se expuso a hembras embarazadas y a machos al efecto electromagnético de estos dispositivos. El resultado fue crías de menor peso y talla y en los machos testículos más pequeños. Asimismo, se pudo comprobar que la exposición abusiva a la tecnología disminuye la cantidad de sodio en la corteza cerebral y el hipotálamo.

El principal problema del uso excesivo de dispositivos electrónicos son los efectos producidos por la adicción a ellos.

Riesgos de la adicción a la tecnología

El número de personas que se están convirtiendo en verdaderos adictos a la tecnología crece de manera considerable cada día. Esto supone un verdadero riesgo para la salud, ya que su uso excesivo provoca:

Cefaleas.

Síndrome de FOMO u obsesión por estar conectado en todo momento a las redes sociales.

Aislamiento social.

Baja autoestima.

Insomnio.

Sleep-texting o establecer conversaciones digitales sin ser consciente.

Tecnoestrés o lo que es lo mismo, darle más prioridad a las comunicaciones virtuales que a las reales.

Síndrome de la vibración fantasma.

Ansiedad.

Tinnitus o sensación pulsátil en los oídos.

Dolores musculares y problemas de espalda por malas posturas durante el uso de dispositivos móviles.

Problemas de pareja.

Podríamos seguir con esta lista añadiendo otros problemas de salud que se derivan del uso abusivo de las nuevas tecnologías. Desde Assegur te recomendamos un uso responsable de las mismas y te invitamos a conocer nuestro seguro de salud para una vida más tranquila.

Cómo afecta la tecnología a los niños, ¡cuidado!

Que internet ha cambiado nuestra vida es innegable, pero si bien en muchos momentos es un avance, hay situaciones y personas que no las disfrutan sino que las padecen. Una de cada cuatro personas sufre trastornos de conducta o personalidad vinculados con la adicción a Internet y las pantallas, y puede estar relacionada con un problema previo como la falta de relaciones sociales, carencias afectivas o soledad.

Los cambios físicos y psicológicos propios de la adolescencia y su fragilidad emocional, hacen que los menores busquen la seguridad que les falta dentro de sí mismos en las tecnologías por eso los jóvenes son más vulnerables, aunque no los únicos.

Casi el 50% de los niños menores de 14 años dispone de un teléfono móvil propio; pese a que los expertos indican que conviene retrasar el momento de la compra ya que existe un altísimo porcentaje de adicción en este caso. Adicción y problemas en clase, el entorno, los compañeros…según afirman desde Grupo Laberinto.

El aislamiento familiar y social se encuentra entre los primeros síntomas. El joven se retrae y su carácter cambia, se vuelve irascible e inestable porque sufre ansiedad cuando no está conectado. No quiere que nadie le vigile, que le controle, ni quiere saber que le están vigilando.

Los padres a las edades en que comienzan a utilizar las redes sociales o internet como diversión, verán como los niños mostrarán menos interés por los estudios e Internet se convierte en algo totalmente prioritario; una bajada en los resultados escolares es consecuencia directa de la adicción a internet con una pérdida parcial o total de rendimiento en los estudios.

Cómo controlar internet

Una medida eficaz es introducir control indirecto sobre la situación como poner el ordenador en una zona común de la casa, así se reducirá de una forma natural el tiempo de consumo y se regulará el contenido al que se accede. Además de vigilar el acceso a cámaras y las fotos que se comparten.

Para evitar estas situaciones,

-controlar y limitar el uso, instaurar normas y horarios de consumo (diario, semanal, fines de semana…)

-mejorar la comunicación dentro de las familias, para mejorar la relación entre los miembros y la salud psicológica de todos. Compartir momentos, situaciones, experiencias, que todos participen de la televisión, programas de éxito…

-conocer el tipo de videojuegos que usan nuestros hijos y si los contenidos son adecuados es casi obligatorio casi como conocer las películas que les gustan o sus amigos del día a día.

-que no nos vean a los mayores con el teléfono o las redes, o el ordenador todos los días, y a todos horas, es clave para que aprendan que de verdad el uso es limitado y debe estar controlado.

Brecha digital: vivir sin internet

Para muchas personas, navegar por internet es una acción cotidiana. Sin embargo, en todo el mundo todavía hay millones de personas que viven sin acceso a internet.

Esta desigualdad en el acceso a internet y las nuevas tecnologías se conoce como “brecha digital” y afecta a una parte muy importante de la población mundial.

Según datos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), la agencia de Naciones Unidas para la comunicación y las nuevas tecnologías, tan solo un 63,2% de la población mundial tenía acceso a internet en septiembre del 2020: más del 85% en las regiones desarrolladas (Europa, Norteamérica), pero menos del 50% en regiones más pobres (como África).

A esta desigualdad tecnológica hay que sumar la discriminación por género, ya que la mayoría de personas que no tienen acceso a la red son mujeres.

Internet para mejorar la vida

Entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el Objetivo 9: Industria, innovación e infraestructura trabaja para reducir la brecha digital y garantizar el acceso igualitario a la información y el conocimiento que se transmite por las redes.

Las principales razones que explican la desigualdad en la conexión a Internet están relacionadas con la falta de recursos económicos: muchos países y regiones no disponen de una infraestructura de telecomunicaciones adecuada (especialmente en las zonas rurales).

Sin embargo, también es importante invertir en la formación de personal cualificado que sepa gestionar esta infraestructura, hacer funcionar los equipos de nuevas tecnologías y, sobre todo, transmitir este conocimiento y habilidades tecnológicas a otras personas.

La conexión a internet en el mundo

La desigualdad en el acceso a Internet tiene consecuencias importantes en el desarrollo social y económico de la población de un país. De hecho, el 90% de las personas que no tienen acceso a internet viven en países en vías de desarrollo.

De la población mundial sin acceso a internet, más del 60% vive en la región de Asia-Pacífico y el 18% en África, según el informe del 2017 de la UIT.

También en partes del planeta que se consideran más desarrolladas, como Estados Unidos, existen regiones sin conexión a internet. Esto provoca un aislamiento de la población y en muchos casos impide su desarrollo tecnológico.

La clasificación de los 10 países con peor conexión a internet desde dispositivos móviles son: India, China, Nigeria, Pakistán, Brasil, Bangladesh, Etiopía, Indonesia, Estados Unidos y República Democrática del Congo.

Para acabar con la brecha digital, organismos internacionales como las Naciones Unidas impulsan programas de alfabetización digital para enseñar a utilizar internet a los habitantes de las zonas más desfavorecidas para mejorar su calidad de vida.

Por otro lado, gobiernos, empresas y organizaciones de la sociedad civil también trabajan para reducir las desigualdades en el acceso a internet. Un ejemplo es la Alianza para un Internet Asequible (A4AI), cuyo objetivo es que la banda ancha sea asequible para todos.

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