El túnel del Cereixal, situado en la provincia de Lugo, puede considerarse la infraestructura viaria más inteligente y conectada de Europa. Así lo consideran los responsables de un proyecto de monitorización que promete replicarse en otros entornos similares con el objetivo de mejorar la asistencia a la conducción y, por tanto, incrementar la seguridad al volante.

Por medio de breves mensajes, los automovilistas conocerán con suficiente antelación todo tipo de contingencias que pueden suceder a lo largo de los 700 metros de longitud del tramo de la A-6, entre las localidades gallegas de Castelo y O Casar: peatón en la calzada, automóvil a velocidad más lenta de lo habitual, frenada brusca, obstáculo en carretera, problemas de visibilidad por humos, pavimento resbaladizo, obras, posible congestión o accidente, coche en sentido contrario, condiciones meteorológicas adversas o entrada de un vehículo emergencia son algunos de los avisos llegan a los vehículos o aplicaciones de smartphones de los usuarios del túnel gracias a un despliegue de cámaras conectadas a 5G sin precedentes en el país y en el continente.

Las prestaciones de conectividad de la banda de 3.500 Mhz, junto con las muy bajas latencias posibles gracias a la instalación de un servidor MEC (Multi-access Edge Computing) en el propio terreno, forman los pilares de la propuesta. Pero también contribuyen de forma decisiva decenas de sensores IoT (Internet de las Cosas), lectores de matrículas, junto con las cámaras instaladas, incluido el equipamiento con propiedades DAI (Detección Automática de Incidentes), térmicas, de detección de mercancías peligrosas o de vehículos eléctricos, según explica Leticia López Domingo, responsable de Proyectos de Coche Conectado 5G de Telefónica España. Para completar el ecosistema del proyecto, Stellantis proporcionó varios modelos conectados (DS7, DS4 y Peugeot Traveller), que se suman a los pilotos que disponen de una aplicación específica en su móvil 5G, sin necesidad de que el automóvil disponga de los sistemas de TCU (unidades de transmisión y control) propios de los futuros coches autónomos.

En la aventura tecnológica, cofinanciada con los fondos Feder para el desarrollo del 5G en España, Telefónica ha destinado casi tres años de trabajo con la colaboración de socios como Nokia, Ineco, Stellanis y Sice, junto con el Centro Tecnológico de Automoción de Galicia y organismos como el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana y el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, a través de Reds.

Fuentes de Telefónica añaden que la iniciativa tecnológica "utiliza las comunicaciones vehiculares C-V2X (cellular vehicle-to-everything) y sensorización IoT, además de 5G y edge computing para dotar de inteligencia a la carretera y permitir a los vehículos "hablar" con ella. A su vez, gracias a los datos generados en tiempo real, los gestores del túnel disponen de información precisa e instantánea de lo que sucede en la infraestructura para poder interactuar con los conductores de forma "eficiente, rápida y segura".

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